El sonido del despertador se asemeja mucho cada mañana a ese pistoletazo de salida que nos marca el arranque de un día, probablemente lleno de actividades, oportunidades y retos pero también ¡agotador!
Nada más saltar de la cama comienza la «contrarreloj», ducha, desayuno, recoger la habitación, terminar de colocar los libros en la mochila, etc, etc.
Una casa a primera hora de la mañana es un perfecto engranaje en el que cualquier pieza que no esté bien colocada y no cumpla con su función puede dar al traste con nuestro objetivo de comenzar el día con optimismo y una amplia sonrisa. Para que toda esa maquinaria familiar funcione es necesario que exista una buena organización, por eso cobra mucho sentido aprender a organizar el trabajo y las tareas.
Para tu hijo es fundamental hacerlo porque, la mayoría de las veces, la mala organización o incluso la ausencia de la misma incide directamente en los resultados académicos, haciendo necesario que se revise si se está cumpliendo con la misma o no, para mejorar.
Pero ¿qué puedes hacer para ayudar a tu hijo a organizarse por las mañanas?
Empiece la noche anterior dando un empujón a las mañanas.
Antes de acostarte, anima a tu hijo a que elija la ropa del día siguiente, se bañe, revise el calendario del día siguiente y se asegure que todos los libros, tareas, útiles para las actividades estén dentro de la mochila. Luego dejarlo todo preparado cerca de la puerta de salida.
Una vez que tu hijo se haya acostado, tómate unos minutos para prepara almuerzos y/o meriendas, también puedes preparar la mesa para el desayuno, además de organizar tu ropa, revisar tu agenda y agrupar las cosas que necesitará llevar contigo al día siguiente.