El regreso a la rutina está a la vuelta de la esquina y mientras a los adultos nos toca concienciarnos de cara al regreso a nuestra vida laboral, los peques también tienen que afrontar grandes cambios en su día a día. Para que la “vuelta al cole” sea asimilada de forma natural y con éxito.
Te propongo poner en práctica unas sencillas ideas.
1.-Crear un periodo de adaptación gradual y progresivo
Aunque las rutinas que vamos a retomar no son nuevas, ya están aprendidas y tan solo necesitan ser recordadas, los niños no suelen tardar mucho tiempo en volver a integrarlas.
Aun así, tus hijos no aceptarán con facilidad los cambios bruscos, y no puedes pretender que de levantarse a las 10 de la mañana para ir a la piscina se levanten al día siguiente a las 7 para ir al cole.
“ Los especialistas recomiendan comenzar a introducir los horarios dos semanas antes del final de las vacaciones”
Por eso, es importante crear un periodo de adaptación durante el que debes ayudarles a encauzar poco a poco los horarios de verano a los del resto del año.
Los hábitos por los que hay que empezar, por su importancia en el bienestar de tus hijos, son el sueño y la alimentación:
- El horario para acostarse es lo primero que debes adaptar. Por ejemplo, le puedes organizar una cansada tarde de actividades para empezar a modificar el horario de irse a dormir, adelantándolo progresivamente hasta el horario que quieras establecer para el comienzo del curso.
Recuerda que irse a la cama también requiere su ritual: baño, pijama, cena, cuento, música relajante, luces tenues… En tu familia tendrás tus propias costumbres, pero es importante que todos los días se repitan los mismos pasos a las mismas horas.
Recuperar este hábito también te ayudará a restablecer el hábito de madrugar, ya que, si los acuestas más temprano, también los podrás levantar antes.
- La hora de levantarse está directamente relacionada con la hora a la que acostemos a los niños. Es importante que tus hijos duerman una media de 10 a 12 horas diarias y que sus horas de sueño sean de calidad.
Los niños, por lo general, no suelen levantarse demasiado tarde, así que bastará con ir adelantando unos 10 minutos diarios el despertador por las mañanas y reajustar los horarios del resto de los rituales del día.
Con los preadolescentes y adolescentes hay que tener más paciencia, este cambio puede que le cueste más, ya que los horarios de verano se adaptan más a su ritmo biológico que los horarios establecidos en los institutos durante el curso.
- La alimentación. Todo lo que rodea los hábitos del desayuno, la comida, la merienda y la cena ha podido cambiar durante el verano. Sin embargo, son los hábitos más sencillos de recuperar y podrás integrarlos directamente, sin transiciones. La comida central del día es la más importante y para recuperar este hábito es necesario establecer un ritual bien claro. Por ejemplo: el anuncio de la comida (¡a comer!), lavarse las manos, sentarse en la silla, comer todos a la vez, no permitir levantarse de la mesa y comer tranquilamente, pero sin pausa. Relajados y pasándolo bien juntos, pero respetando las reglas cuando nos sentamos a la mesa.
Recuerda que el desayuno debe ser muy nutritivo, para asegurarte que van al cole con el aporte de fuerza y energía que necesitan, no olvides la fruta y verduras en las comidas y las cenas ligeras para facilitar la digestión y el descanso nocturno.
2. Mantener una actitud positiva. Escuchando y apoyando a tus hijos.
Una recomendación para mantener una actitud positiva y regresar con el mejor ánimo es decir adiós con el corazón, agradecido a esas maravillosas vacaciones. Realiza junto a tu familia un ritual de despedida, por ejemplo, una larga conversación sobre la experiencia alrededor de una deliciosa comida. Qué agradecen, qué recuerdos conservarán, qué nuevos aprendizajes adquirieron, qué fotografías van a guardar. Permite que tu hijo exprese los beneficios de la maravillosa temporada que termina y verás cómo su ansiedad por el regreso disminuye.
Es importante que evites pronunciar en voz alta frases pesimistas que expresen tu propia melancolía ante la vuelta a la rutina, ya que tus hijos captarán a la perfección el sentido global de tus palabras. Introduce el tema de forma “amable” con frases como “este año aprenderás muchas cosas nuevas” o “pronto volverás a jugar con tus amiguitos”. Muestra una actitud positiva y les contagiarás con tu estado de ánimo positivo.
Pero es habitual que los niños sientan un poco de intranquilidad, nerviosismo o temor ante lo desconocido. Por eso es bueno que hables con tus hijos sobre la vuelta al cole para conocer si hay algo que les intranquilice. Lo ideal es que se acostumbren desde pequeños a hablar contigo, compartiendo sus dudas e inseguridades para que se sientan libres de expresarlas, y sientan que sus preocupaciones son importantes para ti.
Una vez que se han desahogado, les podemos explicar que es normal estar un poco nervioso, que es algo que le sucede a todo el mundo, pero que, por supuesto que va a conseguir superar el curso, hacer muchos amigos y pasárselo muy bien, y que además tú estás siempre a su lado para ayudarle a conseguirlo.
Otra forma de mantener esta actitud positiva y hacer divertida la vuelta al cole es a través de un ligero tinte de “aventura”. A partir de cierta edad, puedes ayudarles a elegir nuevos proyectos que les motiven para realizar este curso escolar, como, por ejemplo, comenzar una nueva actividad extraescolar o retomar una que ya le gustase a tu hijo. Hay una oferta muy amplia y estimulante desde las clases de pintura, teatro, música, danza, ajedrez o nuevas tecnologías, que pueden ofrecer y ayudar a tu hijo a desarrollar aficiones saludables y hacer nuevos amigos.
3. Involucra a los hijos en actividades de la vuelta al cole
La vuelta al cole conlleva muchas actividades que puedes realizar con tus hijos: ir a comprar el material escolar y el uniforme, preparar el estuche, adquirir nuevos artículos de papelería, estrenar zapatos y deportivas o elegir nueva mochila son quehaceres que a tus hijos pueden resultarles de lo más entretenido.
Una semana antes de la vuelta al cole, puedes preparar una merienda especial y organizar una estimulante tarde de manualidades que incluya forrar los nuevos libros, escribir sus datos en las tapas o pegar pegatinas personalizadas en sus cosas.
Todas estas actividades servirán para ayudarles a mentalizarse de cara a la vuelta al cole y hacer que vivan los momentos previos con curiosidad y entusiasmo, en lugar de con inquietud e inseguridad.
También puedes “practicar” con tus hijos pequeños unos días antes el camino de casa al cole tal y como sueles realizarlo el resto del año para volver a familiarizarles con el recorrido, y recordar el tiempo que tardáis en realizar el trayecto. De esta forma, evitarás las prisas y el estrés asociado a ellas una vez que comiencen realmente las clases.
4. Mantén hábitos y rutinas del verano para seguir dedicándoles tiempo y atención a los hijos.
Uno de los mayores cambios a los que la familia va a enfrentarse de cara a la rutina es el menor tiempo que tenemos disponible para pasar juntos.
Tus hijos son los mayores perjudicados por el cambio de horario y rutina familiar. La vida laboral no te deja tanto tiempo libre para poder disfrutar con los tuyos de tantas horas de ocio en familia como en verano.
Recuperar hábitos familiares como leer juntos un cuento antes de dormir en lugar de ver la tele hasta tarde, o planifica los fines de semana para hacer ocio en familia, o establece el horario de desayuno o de cena para realizar una comida en familia todos los días, te ayudará a seguir dedicándoles tiempo de calidad a tus hijos.
5. Vuelve a la rutina en equipo, en familia.
Por último, pide ayuda. Aunque te esto hablando a ti, sé que detrás hay una familia presta a aligerarte la carga. Permite que la familia participe en la vuelta a la rutina, asígnales responsabilidades y pide cuentas de los resultados.
Las vacaciones en familia son una maravilla,
pero regresar a la rutina del hogar es muy motivador si se hace en EQUIPO.