La motivación es lo que nos impulsa a realizar determinadas acciones y a persistir en ellas hasta que conseguimos cumplir los objetivos marcados.
Existen dos tipos de motivación:
- Extrínseca, que se basa en mecanismos externos.
- Intrínseca, en la cual el motivo para realizar la acción se basa en las necesidades interiores.
Vamos a pararnos en tres cuestiones para hablar de motivación en los estudios:
- el esfuerzo y el comportamiento positivo de tu hijo
- vamos a reconocer cada logro en concreto y no perdernos en generalidades,
- y por último vamos a transmitírselo tantas veces como sea necesario; no sólo a través de la comunicación verbal usando las palabras, sino también con nuestra comunicación no verbal, esto es: gestos, posturas, tono de nuestra voz.
En este punto tenemos que pensar si nuestros mensajes, como padres y educadores, van dirigidos a:
- los resultados finales obtenidos o
- si lo que estamos haciendo es valorar el camino de trabajo, constancia y esfuerzo.
Así, si tus mensajes se dirigen a valorar su esfuerzo y reconocer su trabajo de una forma objetiva, vas a ayudarle a fortalecer su autoestima, más que si te centras solo en sus resultados finales, como pueden ser las notas de fin de curso.
Reconocer esta labor de esfuerzo y trabajo diario a tu hijo es motivación extrínseca,
pero con tu constancia en este reconocimiento y valoración objetiva,
tu hijo aprenderá a reconocer sus propios logros y avances,
de modo que será capaz de automotivarse, es decir,
encontrar su motivación intrínseca.