A la hora de platear la realización de actividades extraescolares a tu hijo ya hemos dicho que hay que tener en cuenta que éstas no deben suponer una carga de trabajo para él y que le debe gustar la actividad que habéis elegido.
Ya hemos hablado de los beneficios físicos y sociales que ofrece a tu hijo la realización de este tipo de actividades, pero no hay que olvidar el ámbito emocional que también se está desarrollando y que podemos reforzar a través de una oferta variada de actividades.
Sin duda el deporte ofrece un sinfín de beneficios, tanto físicos, sociales como emocionales. El sentimiento de pertenencia, el trabajo por conseguir un objetivo común, el desempeñar un rol, todo ello es fundamentan para que tu hijo vaya configurando su autoestima, aprenda a ser responsable y algo muy importante que necesita integrar, esto es, que aprenda a tolerar la frustración.
¿Trabajo individual o en equipo?
Desempeñar un trabajo individual ofrece una vertiente importante a tu hijo para su propio autoconocimiento. Le plantea el reto de descubrir cuáles son sus destrezas y que es aquello que tiene que mejorar. También le ayuda a manejarse con situaciones a las que se tendrá que enfrentar el solo y de esta forma le ayudamos a ser más autónomo. Podemos ver como realizar deportes individuales o actividades como el teatro, la pintura o la música además de desarrollar su talento y favorecer su expresión artística le permiten como ya apunté conocerse, escucharse y automotivarse.
Por otra parte las actividades grupales como puede ser la práctica de un deporte en equipo ofrece a tu hijo la vertiente de pertenencia a un grupo, a nivel de desarrollo estamos hablando de pasar del YO a interaccionar con los demás aprendiendo lo que es el respeto por el otro.
El trabajo en equipo le ofrece una visión diferente, ya que se van a producir situaciones que le van a mostrar qué puede hacer cuando se genera un conflicto con un compañero, como se siente frente a los cambios, cómo debe desempeñar el rol que le corresponde y sobre todo asumir las consecuencias derivadas de sus acciones.
Desde este punto de vista lo más interesante sería poder alternar la realización de actividades individuales y de equipo.
¿Y la tolerancia a la frustración?
Tolerar la frustración es hacer frente al NO, es aceptar que las cosas no salen ni resultan siempre como nosotros queremos.
En el proceso evolutivo del niño éste debe aprender a tolerar la frustración porque eso le va a ayudar en su desarrollo y configuración como persona, a la vez que le facilitará el trato y la relación con los demás.
En este sentido la realización de cualquier actividad extraescolar, ya sea individual o en equipo le va a permitir trabajar en un aspecto tan importante para su desarrollo como es éste.
Como conclusión decir que plantear las actividades extraescolares desde el punto de vista de tener en cuenta la importancia que tienen éstas para el desarrollo físico, emocional y social va a hacer que se le saque el máximo partido a la hora de abordar la educación y la formación integral de tu hijo.