La adolescencia es la etapa de nuestro desarrollo previa a la juventud que va de los 12 a los 18 años. La palabra que la define con mayor precisión es CAMBIO. Este se produce a todos los niveles:
- Cambios sociales. En esta etapa los padres pierden importancia frente al grupo de pares, ahora cobran más protagonismo los amigos, buscarán su aprobación y aceptación.
- Cambios emocionales. Gran necesidad de sentirse escuchados, manifiestan múltiples cambios de humor, crisis de identidad, sensación de que todo el mundo está en su contra.
- Cambios físicos. Estos son muy evidentes ya que tanto en el cuerpo de los chicos como en el de las chicas se producen cambios notables, desarrollo y maduración de los órganos sexuales, aparición del vello, desarrollo muscular, etc.
- Cambios cerebrales. Nuestro cerebro madura de atrás hacia adelante, entre los 14-15 años madura el Sistema Límbico (Amígdala) lugar donde se procesan las emociones. Se produce de este modo la última maduración del cerebro el llamado Cortex Prefrontal que es donde se llevan a cabo la resolución de problemas y el control de impulsos.
Es importante todo el trabajo que se haya hecho con el adolescente en las etapas previas, haber establecido un fuerte vículo paterno-filial, tener una comunicación fluída con el niño, hacerle sentir valorado y reconocido nos va a ayudar a enfrentarnos a esa etapa del desarrollo llena de oportunidades y retos. En palabra de Miche Fize «Ser padre de un niño es un asunto de educación, ser padre de un adolescente es cuestión de relación y vínculo».